lunes, 3 de septiembre de 2018

"Espejo"

Y el tiempo se detuvo mientras me miraba al espejo. Mientras un reflejo que no reconocía como mío me devolvía la mirada. Tenía el cabello oscuro y largo con algunas ondas en las puntas. Nunca pensé que se vería bien mi pelo así peinado apenas con los dedos.
Tenía un camisón que mi hermana me había prestado que usó en su último embarazo y eso hacía que no me sintiera yo. Ese camisón tenía el perfume de mi hermana, no el mío. Para ese momento debí haberme comprado mi propio camisón.

Moví las cejas, los ojos, la boca, y esos gestos me parecieron tan extraños, tan raros. No lograba acostumbrarme.

Me miré los pies descalzos, y en ese preciso momento sentí el suelo frío debajo de ellos como si el hecho de mirarlos les hubiera devuelto la sensibilidad.

Moví los dedos de los pies y no pude contener la risa. Eso sí que era gracioso.

Volví a mirar mi rostro, pero esta vez me ayudé con las manos. Mientras miraba mis ojos con los dedos dibujaba sus órbitas. Luego seguí por mi nariz y más tarde por mi boca. Sí, definitivamente eso ayudaba.

Lo más extraño fue ver mis mejillas, tan coloradas. Llevé ambas manos a mis cachetes y supuse que el color se debía al calor que despedían, estaban ardiendo.

Pensaba seguir en mi recorrido, cuando sentí la voz de mi hermana: "¿Y? ¿Cómo te sentís?"

"Bien... o eso creo..." (Respondí)

Sabía que la palabra bien no describía para nada ese momento pero fue lo único que pude responder.

La respuesta simplemente fue para que mi hermana me dejara seguir viendo mi reflejo en el espejo.

Acababa de descubrir la forma de entender todo aquello: usar mis manos mientras miraba mi reflejo para poder reconocerme. Mis manos podrían describirle a mis ojos todo aquello que me pareciera extraño ahora que al fin lograba ver...

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