viernes, 10 de abril de 2020

Te diste cuenta tarde...

Sí, te diste cuenta tarde.
Te diste cuenta tarde que los abrazos eran lo indispensable, lo que no podía faltar. Que era más importante abrazar que tener megustas en instagram. Te diste cuenta tarde que no bastaba con ver las historias en las redes sociales de las personas que querías para no extrañarlas. Antes sabías que las tenías cuando querías. Que cuando querías un mate con ellos, ibas y listo.
Te tuvieron que decir basta de besos, basta de abrazos, basta de mates... te tuvieron que decir que no podías para darte cuenta era posible vivir sin nada, pero no sin ellos. No sin esas personas que llenan tu vida con sus sonrisas, con sus besos, con sus abrazos.
Te quejabas de "tener" que ir a ver a tus viejos porque te llamaban demasiado seguido para preguntarte cómo estabas y pedirte que pases a verlos. Y hoy te sentís una densa por querer llamarlos todos los días y a cada rato. Porque te llena el miedo, sí, tenés miedo. Y te aferras a la idea de que esto es lo mejor. Pero cuesta, por Dios, cómo cuesta.
Cómo cuesta escuchar a tu sobrino decirte en un audio: "Tía te amo" "Cuidate del virus". Un nene de 3 años que sólo sabe de juegos te pide que te cuides y vos morís. Morís por abrazarlo, por llenarlo de besos y por estar con él todos y cada uno de los días.
Te diste cuenta que ya no importa el laburo, ni los amigos virtuales, ni netflix que te distraiga. Porque rogas a cada instante que esto termine para poder volver a verlos. Para que no te dé miedo compartir un mate por temor a dañarlos.
Te diste cuenta tarde que nada importa. Que la vida no tiene sentido sin esas personas que antes podías estar semanas sin ver, pero que ahora que no podés hacerlo, sentís que tu mundo se desarma. Que nada de tu vida tiene sentido sin ellos.
Sólo te pido que aguantes. Que te quedes. Porque cuando volvamos a vernos vas a dejar de ser cobarde. Y al fin, aunque haya costado, vas a entender que de nada sirve guardarse los sentimientos. De nada sirve la timidez, de nada sirve guardarte los besos, los abrazos, las caricias. Cuando salgamos de todo esto, te deseo que en el encierro pierdas toda tu cobardía y vayas y te comas el mundo. Te deseo que dejes el miedo atrás y que te la juegues por quién más te hace feliz en esta vida.
Que de nada sirve el dinero, los viajes, las experiencias, si no tenés con quién compartirlos.
Les deseo fuerza para aguantar un "Te amo" detrás de una pantalla sin correr a abrazar a la persona que lo dice. Les deseo que sanen los miedos, las angustias y se llenen de amor. De puro amor para darlo todo.


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