Consumiendo
cigarros, confundida, Clara caminaba cabizbaja, contaba cuadras, calles,
cantinas. Con cada cantina consumía copas completas calmando crudamente
cinismo, cobardía. Cómoda con Carlos cumplió con cada cóctel, cada cadavérico
compromiso. Cavó cómodamente costumbres, cerrando contratos con caricias. Cuerpos
consumiéndose como cenizas calentando cada cuarto, cada colchón. Comenzó como
cuento, culminó con condena. Cama caótica, crisis, cuarentena. Cero contacto, cero
clímax. Cansada, Clara comienza ciclos cada crepúsculo. Calma con coñac, con cada
cigarro, cicatrices, culpa, caos...
Como cumplir contrato cualquiera con corazón completo cuando ciernes cuerpo cobijado consuelo
ResponderEliminarCuánto complacencia causa conocer cuentos conscientes, completos, cimentados… casi celestiales! Congratulaciones!
ResponderEliminar