sábado, 13 de abril de 2024

El regreso

Hacía 2 años que mi vida había vuelto a la normalidad. Hacía 2 años que comencé a ocuparme de mí. A sanar mis heridas.
Comencé terapia, empecé a conocerme más a mí misma, a conocer a mi familia. Desenterré mi pasado y toqué fondo. Lloré... lloré a mares. Perdoné a todos los que alguna vez me hicieron daño. Dejé de darles lugar en mi vida.
Venía tan bien... me sentí tan orgullosa de mí... de lo que estaba logrando.
Todo iba tan bien... y me tuviste que escribir.
Yo creía que te había superado. Creía que ya no sentía más nada por vos. Pero sólo bastó un mensaje, un par de audios... para distraerme.
Me olvidé lo que estaba haciendo. Olvidé el camino de sanación que había iniciado. De repente me encontré mirando el celular, esperando un mensaje, un audio. 
No debí decir que sí a tu invitación. Pero aún no tengo la fuerza para decirte que no. No soy lo suficientemente fuerte para alejarte de mí. 
Nadie me hace reír tanto, nadie logra que me sienta tan bien con solo un mensaje, una mirada, una sonrisa. Te dí un poder demasiado grande sobre mí. Y ahora debo quitártelo. 
Sos mi mayor distracción, sos lo único en lo que pienso durante el día.
Sólo deseo tener algún día la fuerza suficiente para decirte que no. Poder verte sin sentir que me desarmo por dentro esperando un abrazo tuyo.


Te quiero... no sabes cuánto te quiero... 


Por eso debo alejarme... porque hoy elijo quererme más a mí misma que a vos.


lunes, 14 de noviembre de 2022

Carta de amor a Jessi

 


Mi amada Jessi,

Hoy escribo esta carta porque ya no encuentro modo de explicarte lo mucho que te amo. Sé que incluso escribiéndotelo, no lo entenderías.

Cómo podrías entender este amor irracional que siento al verte, cómo imagino a cada instante que acaricio tu pelo y atrapo tu boca en un beso.

No tenés idea de lo magnífica que sos. De la belleza de tu sonrisa, de cómo se ilumina mi vida al verte. Amo ver cada uno de tus albos dientes cuando sonríes, y esos profundos hoyuelos en los que amo perderme.

No sé como explicarlo, lo juro. Cuando duermo percibo tu presencia a mi lado. Es una especie de materialización de tu cuerpo en mi cama debido al deseo que me consume. Que me convierte en la nada. En un insecto insignificante no merecedor de tu amor.

Si supieras que no existe nadie en este mundo que pueda amarte más que yo... si supieras que la forma de tus pestañas es mi desvelo. Si entendieras que en cada una de las yemas de mis dedos guardo una caricia para cuando tenga la fortuna de que me veas y sientas al menos un uno por ciento de lo que siento. Eso sería mi felicidad máxima y es hoy mi gran anhelo.

Por siempre tuyo,

Daniel


#cartadeamor #amor #carta #cuentos #relatos #sentir

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Lo que pudo haber sido

Trabajo a diario en mi autoestima. Trabajo a diario en aprender a aceptar lo que me pasa sin cuestionarlo, intentar verlo como una enseñanza. Como una experiencia que va a nutrir mi vida. Como algo que si llegó fue para enseñarme a ser mejor, ya sea bueno o malo.

Y aún así, a pesar de tanto trabajo agotador todavía me siguen doliendo ciertas cosas.

Me duele y no logro entender cómo una persona con la que hablas a diario, a la cual tratas incluso mejor que a vos misma, te deje de hablar de un día para el otro. Dos horas hablando por teléfono de todo y riendo, hablando temas no tanto para reír. Desahogándonos. Tocando temas que no hablo con nadie. Encontré una especie de refugio y desahogo. Y de la nada. Así sin más se acaba. 

Nadie te avisa que va a llegar el final de todo. Que esa persona de repente se va a convertir en alguien extraño para vos. Que va a dejar de escribirte, de llamarte, de hablarte. Sin motivos, sin decir adiós, sin un por qué.

Me cuesta entender que haya un motivo para esto, me niego a culparme por su comportamiento.

Lo traté incluso mejor de lo que me trato a mí misma. Y ahora se llevó con él todo lo bueno que le di.

La última vez que lo vi me dijo que yo era una hermosa persona, que era increíble y muchas otras cosas que intento olvidar. Porque si sus palabras no están alineadas con sus acciones. ¿Son realmente sinceras? Me duele ese último abrazo. Me duelen sus palabras que en ese momento me parecieron maravillosas y hoy carecen de sentido. Me duele el desapego, me lastima la idea de lo que pudo haber sido.