lunes, 15 de octubre de 2018

"En la montaña..."


- ¿Así que no sigues? -

Me miró y lo que más me sorprendió de lo que me dijo fue el cómo me lo dijo.
Sin un atisbo de sorpresa ni reproche. Como si hubiera estado esperando que renunciara al intrincado camino que nos propusimos en el momento en que lo iniciamos.

Y no podía creerlo. O no quería creerlo.

Si Marcos apenas me conocía. Se podría decir que ni siquiera llegó a conocerme.
Pero su entonación, su voz y su cara al preguntarme, me hicieron pensar que Marcos era mucho más de lo que aparentaba.
De la misma manera que sabía que abandonaría nuestra travesía, ¿Podía él saber mi pasado y el por qué de mis tantas renuncias?

Estábamos a mitad de camino. A mi derecha el paisaje no era demasiado alentador, se veían montañas y más montañas dibujando un camino sin fin y cubierto de nubes. Peor aún, a mi izquierda y a mis espaldas sólo había un gran precipicio, un tremendo vacío con un fondo verde demasiado lejano para alcanzarlo.

Sólo quedaba el camino hacia arriba, que era aún más intrincado que el que habíamos dejado atrás. En ese momento pude notar que el paisaje era una fiel imagen de mi vida.

Marcos me volvió a repetir su pregunta, tal vez pensando que no lo había oído.

- Sí, por supuesto. Sólo estaba descansando un rato.-