miércoles, 28 de septiembre de 2022

Lo que pudo haber sido

Trabajo a diario en mi autoestima. Trabajo a diario en aprender a aceptar lo que me pasa sin cuestionarlo, intentar verlo como una enseñanza. Como una experiencia que va a nutrir mi vida. Como algo que si llegó fue para enseñarme a ser mejor, ya sea bueno o malo.

Y aún así, a pesar de tanto trabajo agotador todavía me siguen doliendo ciertas cosas.

Me duele y no logro entender cómo una persona con la que hablas a diario, a la cual tratas incluso mejor que a vos misma, te deje de hablar de un día para el otro. Dos horas hablando por teléfono de todo y riendo, hablando temas no tanto para reír. Desahogándonos. Tocando temas que no hablo con nadie. Encontré una especie de refugio y desahogo. Y de la nada. Así sin más se acaba. 

Nadie te avisa que va a llegar el final de todo. Que esa persona de repente se va a convertir en alguien extraño para vos. Que va a dejar de escribirte, de llamarte, de hablarte. Sin motivos, sin decir adiós, sin un por qué.

Me cuesta entender que haya un motivo para esto, me niego a culparme por su comportamiento.

Lo traté incluso mejor de lo que me trato a mí misma. Y ahora se llevó con él todo lo bueno que le di.

La última vez que lo vi me dijo que yo era una hermosa persona, que era increíble y muchas otras cosas que intento olvidar. Porque si sus palabras no están alineadas con sus acciones. ¿Son realmente sinceras? Me duele ese último abrazo. Me duelen sus palabras que en ese momento me parecieron maravillosas y hoy carecen de sentido. Me duele el desapego, me lastima la idea de lo que pudo haber sido.